A pesar de que hace unos meses el presidente de BMW (Harald Krüger) dijo que no había ningún dispositivo que modificara artificialmente las emisiones de gases de sus coches para cumplir con las regulaciones, ahora resulta que en realidad BMW sí ha estado mintiendo con las emisiones de algunos de sus coches con motores diésel, al igual que ocurriera con Volkswagen en el pasado.

Según nos cuentan en el Spiegel online, BMW ha admitido irregularidades en el software que regula los gases de escape de dos modelos, concretamente el BMW Serie 7 y en los Serie 5 con motor diésel. Según parece, debido a un problema en el software, el sistema de gestión de gases contaminantes no funciona de manera óptima, que es una manera eufemística de decir que emiten más gases nocivos para la salud de las personas de lo que indicaban al vender esos vehículos.

Esos modelos de BMW, al ser bastante caros, dirigidos al mercado de los vehículos de lujo, no son muy populares en la calle. Se estima que en Alemania hay unos 11.000 vehículos circulando, aunque en la actualidad esos modelos concretos ya no se producen. Aún no se sabe si este problema en el software del ordenador de esos coches también se ha propagado a unidades que se hayan vendido fuera de Alemania, pero es fácil imaginar que lo más probable es que así haya sido.
BMW no reconoce este problema de software como un dispositivo diseñado para engañar con las emisiones de manera que los coches contaminen menos cuando se están midiendo esos gases, sino simplemente como un bug, es decir, un problema en la programación del mismo que como resultado imprevisto da unas mayores emisiones de gases, sin que esto haya sido premeditado.
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